martes, 19 de abril de 2022

Conservantes, alimentos más duraderos

 


 

Fuente: Historia de la conservación.

 https://www.juvasa.com/es/blog/wp-content/uploads/2019/02/historia-de-la-conservaci%C3%B3n.jpg


La conservación de los alimentos, es el método que se utiliza para preservar el estado de un alimento o para prevenir posibles daños, debido a la acción de agentes químicos (oxidación), físicos (temperatura y luz) o biológicos (microorganismos). Está estrechamente relacionada con la evolución del ser humano y su supervivencia ya que era necesario conservar los alimentos para prevenir escasez en caso de largos inviernos, prolongadas sequias, pérdidas de cosechas, guerras, epidemias.

 

Entre las primeras técnicas de conservación conocidas están la salazón, ahumado, salmueras, confitado, recubrimiento de frutas y verduras frescas con cera virgen. Para el siglo XIX, la conservación de alimentos da un giro tras descubrir que hirviendo los alimentos en el interior de un recipiente cerrado, estos conservaban sus características de olor y sabor por largos periodos de tiempo, y se da la explicación científica sobre la existencia de microorganismos causantes de la descomposición de los alimentos.

 

A mediados del siglo XX, se desarrolló una nueva industria enfocada en el desarrollo de conservantes, sustancias que, añadidas a los métodos tradicionales, pueden conservar los alimentos durante periodos de tiempo prolongados bajo ciertas condiciones de almacenamiento (JUVASA, 2010)

 

Los conservantes son considerados como aditivos y pueden ser sustancias naturales o artificiales que se usan con el fin de garantizar la seguridad alimentaria, produciendo alimentos más seguros para el consumidor, y manteniendo su calidad a través del tiempo. Estas sustancias retrasan el deterioro de los alimentos debido a que previenen la acción de agentes biológicos, reduciendo la probabilidad de consumir alimentos deteriorados ya que pueden resultar tóxicos para la salud del consumidor debido a la acción nociva de los microorganismos, provocando enfermedades de origen alimentario, algunas de ellas mortales como el botulismo.  

¿Qué sustancias se usan como conservantes?

 

Para retrasar el deterioro de los alimentos por microorganismos, se emplean sustancias antimicrobianas para inhibir, retardar o prevenir el desarrollo y la proliferación de bacterias y hongos, tales como:

 

·      Compuestos sulfatados como los sulfitos, evitan la aparición de bacterias. Se utilizan en productos como el vino, fruta desecada y verduras en vinagre o salmuera.

 

·      Nitratos y nitritos, evitan la aparición de bacterias como Clostridium botulinum, causante del botulismo. Se utilizan como aditivos en productos cárnicos, como los embutidos y fiambres.

 

·      Sorbatos como el ácido sórbico, tiene función antimicrobiana y anti fúngica. Se utiliza en la conservación de productos a base de papa, queso y mermelada.

 

·      El ácido benzoico y sus sales de calcio, sodio y potasio se emplean como agentes antibacterianos y antifúngicos en productos como frutas y verduras en vinagre (conservas), mermeladas, gelatinas dietéticas, aderezos y condimentos (INFOALIMENTOS, s.f.).

 

Para asegurar que los conservantes que se usan en los alimentos que se comercializan en el país contribuyan a mejorar la seguridad de los alimentos y no representen riegos sanitarios para los consumidores, se ha adoptado el documento normativo NTE INEN-CODEX 192 Norma general para los aditivos alimentarios (CODEX STAN 192-1995, IDT).

 

Esta norma considera el uso de aditivos que se encuentren tecnológicamente justificados, se le haya asignado una ingestión diaria admisible (IDA) o cuya inocuidad haya quedado establecida. Su principal objetivo es establecer dosis máximas de uso para los aditivos en diversos grupos de alimentos y asegurar que la ingesta de un aditivo en todos sus usos no exceda de su IDA (INEN, 2016).

Bibliografía

INEN. (12 de 2016). NTE INEN-CODEX 192, Norma general para los aditivos alimentarios (CODEX STAN 192-1995,IDT). Obtenido de https://www.normalizacion.gob.ec/buzon/normas/nte_inen-codex_192.pdf

INFOALIMENTOS. (s.f.). Los conservantes. Alimentos más duraderos y más seguros. Obtenido de https://infoalimentos.org.ar/temas/inocuidad-de-los-alimentos/180-los-conservantes-alimentos-mas-duraderos-y-mas-seguros#:~:text=Los%20nitratos%20y%20los%20nitritos,significativamente%20a%20la%20seguridad%20alimentaria.

JUVASA. (11 de 03 de 2010). Historia de la conservación. Obtenido de https://www.juvasa.com/es/blog/historia-de-la-conservacion/#:~:text=El%20conservante%20que%20revolucion%C3%B3%20las,todos%20los%20pa%C3%ADses%20que%20ocupan.

lunes, 18 de abril de 2022

Plásticos compostables, reciclables y biodegradables

 

Por Soraya Gordillo

 

La contaminación generada por los productos plásticos, en la actualidad, en todos los rincones habitados del planeta es cada vez más preocupante, es por esto que, como alternativa al uso de plásticos persistentes en el ambiente, se está optando por la fabricación y uso de los plásticos con características de compostabilidad, reciclabilidad y biodegradabilidad.

 

 

Fuente: Un planeta asfixiado por el plástico

http://amdeamarillonews.com/un-planeta-asfixiado-por-el-plastico/

 

Si bien todo plástico es degradable, aún en un periodo largo de tiempo, no todos los plásticos son compostables. Para poder declarar a un plástico como compostable, el mismo debe reunir varios requisitos, entre ellos están los efectos en plantas superiores y en animales como las lombrices de tierra, ya que un producto compostable debe poder convertirse en compost o degradarse sin dañar a los organismos vivientes que estarán en contacto con el compost, con esto se garantiza no afectar al ambiente, sino al contrario, contribuir al enriquecimiento del terreno de labranza.

 

En cuanto a la reciclabilidad de un plástico, es importante considerar el diseño del producto, este debe enfocarse a la reducción de residuos que se desechen de manera definitiva al ambiente, por ejemplo, en un vertedero. Existen tres formas básicas de reciclaje cuando hablamos de plástico, mecánico (no se produce cambio en la estructura del plástico), químico (la estructura del plástico se modifica) y biológico (biodegradación), además, se puede utilizar el plástico para la recuperación de energía (el agua caliente, vapor y electricidad que se producen por la incineración del residuo sólido).

 

Con el fin de alinear al Ecuador con el mundo, en la Dirección de Normalización del Servicio Ecuatoriano de Normalización (INEN), se han estudiado para su adopción idéntica la Norma ISO 17088:20 e ISO 15270 entre otras normas relacionadas con el Sector Plástico, las cuales tratan justamente sobre el plástico biodegradable, reciclable y compostable.

 

Es importante señalar que, si bien el plástico se utiliza en un sin número de productos y es muy necesario para la fabricación de ellos, se debe procurar que al término de la vida útil de esos productos, su componente plástico se transforme de manera eficiente y se reduzcan significativamente los contaminantes y residuos que se generen del desecho de estos productos, por lo que, el reciclaje (mecánico, químico y biológico) y la recuperación de energía se convierten en las mejores alternativas para disponer de los residuos plásticos contribuyendo a la preservación de la salud humana, animal y la conservación del medioambiente.

 

Bibliografía:

Soria Fernando y Toresano Patricia. (2019). Vivir sin plástico: Consejos, experiencias e ideas para darle un respiro al planeta. Editorial Zenith.

ISO 17088:2021, Plastics — Organic recycling — Specifications for compostable plastics

ISO 15270:2008, Plastics — Guidelines for the recovery and recycling of plastics waste

Cómo beneficia el uso de normas en las iniciativas de cambio climático

 

Por Andrea C. Santana Pérez

En la actualidad existen evidencias que muestran que la temperatura promedio de la atmósfera y del mar se está incrementando desde mediados del siglo XIX. Este fenómeno se explica por el hecho de que el efecto invernadero ha vendido acentuándose por la concentración en la atmósfera de gases de efecto invernadero (GEI) provenientes de actividades humanas. Los GEI se identifican como la causa principal del cambio climático y su gestión es crucial para ayudarnos a adaptarnos a sus consecuencias. Este fenómeno, usualmente conocido como “calentamiento global”, tiene el potencial de cambiar los patrones climáticos en todo el planeta. (BÁRCENA, SAMANIEGO, PERES, & ALATORRE, 2020)

 


El desarrollo de normas para armonizar la práctica de mitigación de GEI, reducir costos y conseguir la adaptación a los efectos del cambio climático, se espera que sea una solución para lograr el beneficio general de un clima seguro, siempre y cuando éstas se apliquen con éxito en todo el mundo. (ISO, 2016)

La mitigación y adaptación están estrechamente vinculadas porque perseguir la mitigación a través de las reducciones de los GEI, inevitablemente se traducirá en la necesidad de un mayor grado de adaptación a los impactos del cambio climático. Las posibles sinergias entre las acciones de adaptación y las acciones de mitigación del cambio climático son importantes para conseguir un desarrollo sostenible de la economía.

El Organismo de Normalización Internacional (ISO), ha desarrollado documentos que ayudan a cumplir ODS 13 Acción por el clima, entre estas se encuentran la familia de normas ISO 14000, la cual detalla herramientas prácticas para que las organizaciones gestionen el impacto de sus actividades en el ambiente.

Este conjunto de normas incluye a la ISO 14001, Sistemas de gestión ambiental: requisitos con orientación para su uso, la serie ISO 14064 alineada con el Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y compatible con la mayoría de los programas de GEI, las cuales proporcionan especificaciones para la cuantificación, el seguimiento y la validación/verificación de las emisiones de gases de efecto invernadero, mientras que la ISO 14067 especifica los principios, requisitos y directrices para cuantificar y notificar la huella de carbono de los productos.

Otras normas en esta área incluyen ISO 14080, que brinda a las organizaciones un marco para desarrollar metodologías consistentes, comparables y mejoradas en la lucha contra el cambio climático, la ISO 14090, la ISO 14091, y la ISO 14092 que abordan el tema de adaptación al cambio climático y la Guía ISO 84, Directrices para abordar el cambio climático en la normalización, que está dirigida a aquellos involucrados en desarrollo de normas.

De esta serie de normas el INEN ha adoptado 35 documentos normativos como normas nacionales. Adicional a esto, el INEN a través de la Dirección Técnica de Normalización tiene activo el Comité Nacional Espejo ISO/TC 207, Sistemas de Gestión Ambiental, en el cual se revisan los documentos normativos internacionales que ayudan a monitorear el cambio climático, cuantificar las emisiones de gases de efecto invernadero y promover buenas prácticas en la gestión ambiental.

Finalmente, es importante mencionar que las normas son herramientas a disposición, que apoyan a encontrar soluciones innovadoras de adaptación al cambio climático, y fomentan acciones preventivas para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible, por este motivo es importante impulsar su desarrollo en sus diferentes etapas.

Bibliografía

BÁRCENA, A., SAMANIEGO, J., PERES, W., & ALATORRE, J. (2020). La emergencia del cambio climático en América Latina y el Caribe ¿Seguimos esperando la catástrofe o pasamos a la acción? Obtenido de https://www.cepal.org/sites/default/files/events/files/19-00711_lbc_160_emergencia-cambio-climatico_web.pdf

ISO. (Enero - Febrero de 2016). ISO Focus. Obtenido de https://www.iso.org/files/live/sites/isoorg/files/news/magazine/ISOfocus%20(2013-NOW)/sp/isofocus_114.pdf