
Estas sales tienen un efecto antimicrobiano, especialmente en cuanto a bacterias patógenas y bacterias de descomposición, lo que mantiene el producto inocuo y prolonga su vida útil, por lo cual son más duraderos a temperatura ambiente. Además de la conservación, estas sales se han vuelto un ingrediente necesario en la industria debido a su efecto en el sabor, textura, suavidad y jugosidad de la carne que brinda un corte de buena calidad (Rocha, 2015) .

Esta
norma clasifica a los productos cárnicos (tipo I, tipo II y tipo III) de
acuerdo con el contenido de proteína total y el contenido de proteína no
cárnica. Entre los requisitos importantes para determinar la calidad de estos
productos están los requisitos bromatológicos, microbiológicos y límites
máximos establecidos por el Codex Alimentarius para el contenido de medicamentos
veterinarios (CAC/LMR2),
contaminantes (CXS
193) y los aditivos alimentarios (CXS
192) permitidos para los productos cárnicos (INEN, 2011) .
Además
de los requisitos antes mencionados también se establecen requisitos de
etiquetado, mismos que ayudan a prevenir engaños al consumidor debido a
información errónea en cuanto a la clasificación del producto, los ingredientes
utilizados, fuente y tipo de proteínas y el contenido neto. Las unidades de
comercialización que se utilicen en el mercado deben ser las establecidas en la
ley 2007-76
del sistema ecuatoriano de calidad.
Bibliografía:
Gameros, M., Monroy, A., Morales, Y., Alanís, E.,
& Ramírez, E. (05 de 12 de 2017). Educación y Salud Boletín Científico
de Ciencias de la Salud del ICSa. Obtenido de
https://doi.org/10.29057/icsa.v6i11.2674
INEN. (02 de 08 de 2011). INEN.
Obtenido de https://181.112.149.204/buzon/normas/nte_inen_1338-3.pdf
Rocha, A. (04 de 06 de 2015). Alimenración,
Revista Enfasis. Obtenido de
http://www.alimentacion.enfasis.com/articulos/72521-menos-sodio-embutidos
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