La
carne se considera una de las principales fuentes de proteínas y minerales en
la alimentación, por lo que su transformación es importante y se ha dado desde
la antigüedad con el fin de conservarla por largos periodos de tiempo. (Gameros, Monroy, Morales, Alanís, & Ramírez,
2017) .
Esto ha impulsado la innovación dentro de la industria cárnica, lo que da origen
a la producción de embutidos y carnes procesadas (precocido, ahumado, curado o
madurado), incrementando su consumo debido a su bajo costo y facilidad en la preparación.
Debido a esta innovación de productos, se han desarrollado nuevas tecnologías y
se han establecido normas técnicas con el objetivo de proteger a los
consumidores en contra de prácticas engañosas, lo que garantiza la seguridad y
salud humana.
Estas sales tienen un efecto antimicrobiano, especialmente en cuanto a bacterias patógenas y bacterias de descomposición, lo que mantiene el producto inocuo y prolonga su vida útil, por lo cual son más duraderos a temperatura ambiente. Además de la conservación, estas sales se han vuelto un ingrediente necesario en la industria debido a su efecto en el sabor, textura, suavidad y jugosidad de la carne que brinda un corte de buena calidad (Rocha, 2015) .
Por
este motivo, se han implementado varias normas técnicas para carne y productos
cárnicos. Entre las principales y como base para la industria está la NTE INEN 1338, Carnes y productos cárnicos. Productos cárnicos crudos,
productos cárnicos curados-madurados, productos cárnicos precocidos - cocidos.
Requisitos. La cual establece disposiciones generales sobre el estado de la
materia prima, calidad del agua que se utiliza durante la elaboración, temperaturas
de la cadena de frío y las envolturas que pueden utilizarse.
Esta
norma clasifica a los productos cárnicos (tipo I, tipo II y tipo III) de
acuerdo con el contenido de proteína total y el contenido de proteína no
cárnica. Entre los requisitos importantes para determinar la calidad de estos
productos están los requisitos bromatológicos, microbiológicos y límites
máximos establecidos por el Codex Alimentarius para el contenido de medicamentos
veterinarios (CAC/LMR2),
contaminantes (CXS
193) y los aditivos alimentarios (CXS
192) permitidos para los productos cárnicos (INEN, 2011) .
Además
de los requisitos antes mencionados también se establecen requisitos de
etiquetado, mismos que ayudan a prevenir engaños al consumidor debido a
información errónea en cuanto a la clasificación del producto, los ingredientes
utilizados, fuente y tipo de proteínas y el contenido neto. Las unidades de
comercialización que se utilicen en el mercado deben ser las establecidas en la
ley 2007-76
del sistema ecuatoriano de calidad.
Bibliografía:
Gameros, M., Monroy, A., Morales, Y., Alanís, E.,
& Ramírez, E. (05 de 12 de 2017). Educación y Salud Boletín Científico
de Ciencias de la Salud del ICSa. Obtenido de
https://doi.org/10.29057/icsa.v6i11.2674
INEN. (02 de 08 de 2011). INEN.
Obtenido de https://181.112.149.204/buzon/normas/nte_inen_1338-3.pdf
Rocha, A. (04 de 06 de 2015). Alimenración,
Revista Enfasis. Obtenido de
http://www.alimentacion.enfasis.com/articulos/72521-menos-sodio-embutidos
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